Los productos prohibidos en otros países se consumen en México

La presencia en el mercado de productos perjudiciales para nuestra salud es una realidad. De hecho, la mayoría de ellos son muy populares. Pero no están permitidos en otros países

Grasas saturadas, azúcares refinados, conservantes, antioxidantes sintéticos, pesticidas, hormonas… Son muchas las sustancias artificiales que han formado parte de la composición de miles de alimentos a lo largo de los años y que forman parte de nuestra despensa. Sin ir más lejos, podemos pensar en el caso del aceite de palma, la acrilamida o las dioxinas. Este amplio grupo de elementos está estrechamente relacionado con
enfermedades, como problemas reproductivos, obesidad, niveles elevados de colesterol, problemas de memoria y, en el peor de los casos, ciertos cánceres. Estas y otras razones han llevado a la industria alimentaria a prohibir la comercialización de un gran número de productos en todo el mundo. Sin embargo, los que se consideran inapropiados en una parte del mundo siguen aumentando en nuestro país.

Colorantes alimentarios artificiales

En esta sección incluimos todos aquellos productos que tienen un aspecto que no tiene nada que ver con el original. Hablamos de cereales, bebidas energéticas, quesos, salsas y productos de panadería industrial que tienen un aspecto diferente al de sus ingredientes principales. No podemos generalizar, pero muchos de estos colorantes artificiales están hechos de productos químicos derivados del petróleo y forman parte de artículos totalmente no relacionados con la alimentación, como la gasolina o el alquitrán. La sustancia está prohibida en varios países del mundo, como Finlandia, Austria, Noruega o el Reino Unido.

Paté de hígado

Este manjar francés, muy valorado por los paladares más sofisticados, no tiene cabida en el mercado californiano, uno de los más brillantes de América. El motivo de este rechazo es el trato abusivo e inhumano que recibe el ganado, ya que para producir este alimento, las aves son alimentadas a la fuerza a través de tubos que agrandan sus hígados hasta diez veces su tamaño original. Otros países se han sumado a la causa, que ha sido aclamada por las organizaciones de defensa de los animales. Italia, Dinamarca, Polonia, Israel o Finlandia son sólo algunos de ellos.

Salmón de piscifactoría

Este pescado graso con muchos beneficios nutricionales es uno de los bocados más saludables de nuestro país. Reduce los niveles de colesterol, favorece la función tiroidea normal, interviene en la estructura ósea, reduce el riesgo de arritmias cardíacas y favorece la reparación del tejido muscular, entre otras funciones. Sin embargo, el salmón criado en piscifactorías no puede comprarse en Australia y Nueva Zelanda, que llevan años luchando por reducir la contaminación creada por estas explotaciones. Una forma de distinguir el salmón salvaje de los criados en piscifactorías es por la coloración grisácea que aparece frente al naranja original. Sin embargo, en algunos casos, los productores colorean el pescado mediante una sustancia conocida como E161J.

Lucioperca de mar

Es extraño, ¿no? Es imposible encontrar un buen trozo de lubina o corvina en las pescaderías de Gran Bretaña. La razón es el dramático descenso de la población de la especie. Un trabajo encomiable, pero que aprecia a los consumidores de las muchas cualidades nutricionales de este pescado. La lubina, junto con el bacalao, el pescado, la perca y la raya, es uno de los pescados blancos más magros, lo que significa que sólo aporta 1,3 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto. También es rica en minerales y vitaminas, ayudando a la actividad muscular, al sistema nervioso, a obtener energía o a transportar oxígeno a los pulmones.

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